martes, 8 de diciembre de 2015

Kilómetro

En la radio suena...

Somos dos,
para qué queremos más.

Aproximación


Deberían haberme avisado
de que acabaría sintiéndome como una niña
que aprende a sumar contando los lunares de tu espalda.
Una niña que se siente perdida
si pierde su muñeco preferido.
Una niña a la que se le hacen las horas eternas
cuando espera a que su madre le venga a buscar al colegio.

Quédate.

Deberían haberme avisado
de que moriría por vernos
borrachos,
dispuestos a comernos la noche
(y la boca)
Madrid pidiéndonos tregua,
poniéndonos frenos en las ganas.
Los cuatro portales de tu calle que hay antes de llegar a tu casa
viéndonos intentar clamar las chispas.
Fuego.
Yo no sé qué es el amor
pero he visto arder Madrid,
tu edificio
y tu colchón
cada vez que nos sonreíamos
y me ha importando una mierda morir en el incendio.

Quédate.

Deberían haberme avisado 
de que todo mi mundo acabaría girando alrededor de tu sonrisa
desde que es el único sol que podría llegar a alumbrarme este túnel sin salida.
Que aprendería a morder el polvo porque preferiría cavarme mil tumbas
antes que verte a ti únicamente perder la risa.
Romperte la ropa,
rompernos los labios.
Quiero romperte los miedos
y eres el único 
(y primero)
al que no podría
ni aunque quisiera,
romperle el alma.
Yo que sé,
que ahora estoy enganchada a cada uno de tus precipicios y a tu cielo.



                                                                          Así que quédate.

Conmigo.

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