Será que por ir a contracorriente
hemos acabado mirando en la misma dirección,
que mientras la gente nos llenaba de excusas
tú y yo solo pensábamos en besarnos,
que justo cuando el mundo se quedaba sin palabras
nos llenamos la boca con acentos de otro mundo
y en cierto modo lo salvamos
-nos salvamos-,
y nos dio a nosotras la compensación.
Será que me levantaste la mirada del suelo
mientras tú mirabas al cielo
y el coche fue algo así como implosionar
pero de ti para mí,
y viceversa.
Será que me acariciaste así,
como si fuera de mi cuerpo
terminarán los límites de esta ciudad,
y quise quedarme a vivir en tus manos
más de lo que dura un beso.
Será que no nos esperábamos
y por eso ahora nos vamos,
porque lo bonito de todo esto
es ver que la sorpresa sigue ahí
cuando abres los ojos.
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